Perista, en lengua de germanía, se le llama al que « comercia con objetos robados a sabiendas de que lo son ». Es como lo señala el diccionario académico. Resulta que conocí este vocablo de mera casualidad. Pero ignoraba totalmente cómo se le llamaba a esa gente en lenguaje culto y jurídico. Hoy lo pregunté en el Foro de español del Instituto Cervantes. Una amiga me respondió dándome incluso el artículo del Código Penal de España. Aquí les va:
Existe el delito de receptación en el Código penal español. El artículo 298 lo tipifica así:
1. El que, con ánimo de lucro y con conocimiento de la comisión de un delito contra el patrimonio o el orden socioeconómico, en el que no haya intervenido ni como autor ni como cómplice, ayude a los responsables a aprovecharse de los efectos del mismo, o reciba, adquiera u oculte tales efectos, será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años.
2. Esta pena se impondrá en su mitad superior a quien reciba, adquiera u oculte los efectos del delito para traficar con ellos.
Mi amiga agrega: « Por lo tanto, es sinónimo de perista, receptador ». Su amabilidad es infinita y buscó pues más y vean lo que más tarde agregó:
« Supongo, Carlos, que conocerás (aunque sea de lejos) al topetero. Ya sabes, el que se dedica a topetear. No sabemos si tendrá algo que ver con el topista que, en germanía, es el que roba haciendo saltar las bisagras (topes) con una palanca.
Otro pariente de los anteriores es el carduzador, que también en germanía es la persona que deshace y transforma la ropa robada a fin de que no sea reconocida. Se pasa la vida carda y descarda. ¡Pero qué trabajo tiene este hombre! Digo yo: ¿No sería mejor que se metiese a sastre directamente?
¿Y el cangallero? Este es el primo minero que, cuando sale de la mina, pesa un poco más que cuando entró al turno. ¡Vamos! Que el trabajo le engorda.
Finalmente, otros allegados son el cachinero, que vende cachi de todo en su tienda o cachinería, y el reducidor, que es aquel individuo capaz de reducir a moneda cualquier objeto que se le ponga al alcance del garfio.
Son una familia muy hacendosa. ¡Un modelo a seguir!
Me pregunto si se les llamará peristas por la *periscia que demuestran en la captación, valoración y posterior venta de objetos robados. ;-)
Más saludos.
Rosa ».
Tal vez sea que Matías Romero oyera en el Penitenciario de Santa Ana esa palabra y la puso en su Diccionario de Salvadoreñismos y luego o quizá antes la propuso para el Diccionario de la Academia. La palabra está allí :
topetero, ra.
1. m. y f. El Salv. Persona que compra mercancías robadas.
Pues ni de lejos, ni de cerca conocía a los topeteros guanacos.
Estas averiguaciones las inicié por una razón muy sencilla. Resulta que a mediados del siglo XIX ingleses y franceses pillaron, saquearon un Museo de la China imperial. De ese pillaje llegaron dos estatuas que representan a un ratón y a un conejo a manos del costurero Yves Saint-Laurent y de su amigo Pierre Bergé. Este último ha puesto en subasta toda una serie de obras de arte y muchos objetos más para recaudar fondos. El gobierno de China ha reclamado siempre los objetos robados en aquel saqueo. Muchos los ha recuperado. Pagando a los peristas, topeteros internacionales.
Estas dos estatuas también las ha reclamado el gobierno chino. Una sentencia de un tribunal francés les negó a los chinos el derecho de reclamarlos...
El otro día escuché el argumento de Pierre Bergé, con gusto los devolvería, pero no puede hasta que la política de los derechos humanos no cambie en China y mientras no acepten que el Dalai se vaya a vivir en las montañas del Tibet.
Si tan generosos sentimientos lo albergan, se me ocurre que pues se trata de un robo, que se trata de objetos robados, que no ignoraba que eran objetos robados, ni él, ni los de Christies, ¿por qué los puso en subasta? Si este señorito cree que esas estatuas robadas no pueden volver al Palacio que las albergaba y ser apreciadas por los chinos que visitan el museo, porque el gobierno chino no respeta los derechos humanos, ¿por qué juzga que es digno que otro receptador internacional y ducho las meta en algún sótano para especular luego con ellas?
Pudo darlas también entre tanto al Museo de las Artes Primeras, en depósito. Pero creo que estas cosas tienen sus límites: la especulación.
Un chino evitó —al fingir la compra de estas estatuas— que salieran de Francia. El gobierno de China se dice dispuesto a negociar y recobrar las obras robadas.
Por Dios como ha cambiado este lugar, pero terca como siempre me escondo por temporadas y cuando menos siento regreso... esta muy agradable este espacio asi como lo tenés y como siempre lo recuerdo, ahora hasta una foto nos has puesto... bueno, espero ver mas variaciones, que de todo es lo que mas me gusta.
ResponderEliminarUn saludo.
El comentario anterior es mio...
ResponderEliminarYa lo sé que te escondés, querida Gloria, que pasás meses sin venir a visitarme. Fotos he puesto muchas... Esta que ahora aparece es la última. Los cambios que has notado son apenas de este fin de semana.
ResponderEliminarPero vos lo sabés, serás siempre bienvenida y muy esperada.