Inagotable mi sed de vos.
Mi hambre.
Me has dado tanto, tanto
y no me basta.
Siempre pido más,
un beso más, un te quiero.
Y tu belleza
se multiplica en el detalle,
en el escondido lunar,
en la mecha ondulante que de tu cabeza cae.
Te volvés infinita en tus brazos que se abren
de par en par
para que salgan
de tu pecho
todos los pájaros de la tierra.
Quiero siempre más de vos,
una palabra más,
otro consejo,
un minuto más,
un eterno instante.
Y sos en mis venas el tiempo.
Quiero para mí todas las saetas de tu oscura mirada,
toda la luz,
toda la hondura
de tus ojos negros.
Toda vos te quiero.
2/02/08
Cuantas veces me retiré derrotada por no poderme sentir infinita al abrir los brazos, por no poder cantar mi eternidad y no sentir todos esos pajaros de la tierra salir de mi pecho... sus palabras, son inspiradoras, pocas veces y pocos autores logran hacerme sentar y escribir. Muchas Gracias.
ResponderEliminarGloria:
ResponderEliminarMe conmueven y me enternecen tus palabras. Muchas gracias.
He leido tus poemas y tu prosa: tienen lo mejor de la lírica, respiran autenticidad.