está a punto de florecer,
despojada de nubes,
vestida de estrellas,
por los cielos, siniestros
halcones aullan,
arrojando huevos
de miedo,
enormes semillas
de espanto.
La noche se pone triste
con sus despedazadas
tejas
y sus pequeñas muertes
sin íntimas agonías,
calladas con estruendo.
6 Abril 2003
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