Cuando bauticé este blog, pensé introducir algunas reflexiones sobre el diálogo platónico. Dar por lo menos un resumen. He fallado. Voy a ir reparando este yerro. Pero resumir un texto que ha sido comentado abundantemente, me parece ahora de poca utilidad.
Sobre el personaje real Crátilo se sabe muy poco. Aristóteles dice en su Metafísica que fue amigo de Platón y alumno de Heráclito. En la introducción del enlace que les ofrezco aquí van a encontrar algunos detalles suplementarios. Pero lo importante de este enlace es que ahí viene el texto.
Por mi parte pronto voy a publicar aquí un primer comentario. Pero en algunos artículos que he publicado aquí mismo sobre la naturaleza del signo lingüístico, me he referido al carácter arbitrario del signo lingüístico. Es muy difícil encontrar un término totalmente apropiado para lo que se desea señalar con este término. No me conviene tampoco convencional. De Saussure usó asimismo inmotivado.
En todo caso en mis artículos he tratado de mostrar que existe también en esto una doble naturaleza del signo. Pues si bien es cierto no existe un nexo necesario entre el significante y el significado, es decir, que no hay una relación de esencia entre uno y otro, que es lo que el lingüista ginebrino llamó la naturaleza arbitraria del signo. Me parece que una vez constituido el signo ya no se trata simplemente de un nexo, sino que de una íntima unión que los convierte a ambos, el significante y el significado, en una sola cosa y que esta unión obtiene carácter de necesaria. Esto significa que ni el significante, ni el significado tienen existencia autónoma, su existencia depende intrínsecamente uno del otro. Fuera del signo no existe ni significante, ni significado.
El Crátilo de Platón trata en gran parte de este tema y lo liga con la etimología. Aunque en ningún momento el griego menciona, ni puede hacerlo, las partes constitutivas del signo. Pero sostiene primero la coincidencia del sonido con la naturaleza de la cosa designada y luego en la segunda parte va a relativizar ante Crátilo lo que hizo aceptar a Hermógenes.
En todo caso el texto de Platón se considera como un texto fundador de los estudios sobre el lenguaje y el más antiguo en el mundo occidental. Personalmente pienso que algunos exageran al decir que su influencia llega hasta de Saussure. La ciencia ha venido justamente a poner fin al tipo de especulación que se inicia con este texto.