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viernes, 26 de diciembre de 2008

Variaciones II

El cielo limpio, despejado, transparente, sin formas. No me basta el azul. El estático infinito no me produce el vértigo que derrama en mi sangre la suave cadencia de tu celeste cintura. ¡Qué soledad la de los astronautas en el cielo sin la pujanza de la suave seda que avanza! Vos sos el molde que tal vez el infinito busca en la blancura de las nubes. ¡Qué sublime fuera entonces el cielo azul! Pero en la seda que avanza no es sólo la forma prodigada por tu cuerpo que conquista el espacio, en tu paso, en cada paso la gracia se vuelve profunda, porque en tus gestos se desnuda tu alma.

sábado, 20 de diciembre de 2008

Variaciones X

Desde otro territorio mis manos escarban la dura corteza de las ilusiones. Los sueños caen como dolorosas astillas, ascuas que arden en las diez sedientas yemas de mis manos. La dura y terca realidad de las ilusiones vence siempre y el sueño como un corcel precipitado desata las pródigas caricias que suben hasta tu cintura. La seda azul se calla, tu piel aunque se erice guarda la primigenia tersura de la carne.

Ahí la mano es lenta, cada instante se inventa incertidumbres de inextricables cruces. No existen caminos, la duda, el extravío son las cimas. ¿Para qué buscar horizontes en el nácar? El amor no busca la razón, la pierde para encontrarla en el detenido tiempo de las caricias. Tu piel será siempre la fuente de la insensata tenacidad de mis yemas.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Un tesoro

Thesaurus (ISSN 0040-604 X) es la revista del Instituto Caro y Cuervo de Colombia. Abarca los campos de la lingüística y la literatura, tanto en lengua española como en lenguas indígenas americanas. Su énfasis en la evolución y desarrollo de las tradiciones culturales occidentales y americanas, evidencia una vocación universal. Se publicó de manera ininterrumpida desde 1945 hasta 1999.

El presente espacio recoge en su integridad los 54 tomos digitalizados para su consulta y hace posible las búsquedas a través de las cuales accederá al notable corpus de trabajos científicos. El proyecto es fruto de una colaboración entre el Instituto Caro y Cuervo y el Instituto Cervantes, instituciones que han hecho posible esta edición electrónica que presenta el Centro Virtual Cervantes.

He recibido hoy esta información de parte del Instituto Cervantes de España, me apresuro a comunicarla aquí para mis lectores. Me parece una fuente importantísima para estudiantes y profesores de literatura y filología. Para ir pulse en Thesaurus.

martes, 16 de diciembre de 2008

Variaciones VII

La monotonía de la lluvia padece de la fugaz perseverancia de las gotas que comprimen el tiempo. Y la eternidad parece a veces prisionera de los charcos. Nunca te he visto ceñida por la lluvia, esculpida de agua tu figura, tu recio muslo resistiendo al naufragio hacia adelante, a cada paso. Pero sé que ante la lluvia tu seda azul bastaría para que cada instante se extraviara de su propia repetición, de la oscura existencia vertical de las gotas lloviznadas finamente por la tarde. Los charcos, siempre han querido ser espejos, disimulan su destino de abiertas fauces, hambrientas de la límpida blancura de tus pies descalzos. Porque los charcos no se conforman de su falso destino de falsos espejos, sueñan que tu paso los ilumine para que cada gota disfrute del destello de tu piel y que el fango sea un labio suave que guarde la huella y el recuerdo.

La lluvia cambia de rostros, sus tormentosos avatares persiguen la sorpresa, miente, mi niña, miente, cuando se presenta como fino manto que quiere envolverte. La lluvia también quiere robarte, llevarte lejos. ¿No sentís acaso que en cada gota esconde un beso? La lluvia te ciñe más fuerte que el viento. Prefiero que te escondás en los almanaques, porque el tiempo, al fin de cuentas, no miente cuando se viste de círculo y te aprieta la cintura y te roba.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Variaciones V

Tal vez tenga razón el poeta argentino, que el pecado más grande es no ser feliz. Para eso nos soñaron. Y mi pecado es tener celos de tu sombra. Quizá sea el origen de todas mis faltas, de todos mis tropiezos, de mi pecado más grande. No tengo andenes, ni veredas, ni arriates, ni árbol que marquen mis recuerdos. ¿Feliz? La alegría no siempre es fausta. A veces es simplemente carnavalesca, enmascarada, caratulera. No puedo ponerme ese antifaz. Si a veces lo que me puebla es miedo. Del pájaro, que viene de lejos a pararse en la rama más alta del castaño, enfrente de mi ventana, negro y agorero. Miedo de la solitaria estrella que me llena de dudas si aún es azul el cielo. Espantoso, aterrador el hormigueo que me sube desde los pies, porque he visto en alguna parte, fugaz, una silueta perderse entre sombreros, paraguas y capas. Y sé perfectamente que no sos vos la que me huye.

La existencia se cubre de tiempo y de espacio. Todo nos aleja, los relojes y los almanaques. No son los sombreros, ni las capas de alguna estrecha y antigua calle de París. Vos recorrés otros lugares, tus pies ligeros dibujan en el suelo cadencias de otras tierras y marcan ritmos de címbalos, cítaras y crótalos. Y tu sombra siempre te persigue, siempre a tu lado, perfecta.

sábado, 6 de diciembre de 2008

el amor es más fuerte que la muerte

No sé si ya he contado esto alguna vez en alguno de mis blogues. Resulta que Roberto Armijo perdió un ejemplar de la Biblia en la traducción de Valera. Es lo que recuerdo. Recuerdo también que me acusó de habérsela güeviado. La pérdida ocurrió en la oficina de la representación del FMLN, en París. En esa época todos los salvadoreños entrábamos y salíamos a nuestro antojo y no solamente los salvadoreños. Roberto nunca me lo dijo en la cara, lo decía a mis espaldas. El se había tragado el cuento de que los santanecos somos malos y peor si somos del Barrio La Cruz (algo así dice Dalton que existe en Santa Ana, no sé a qué barrio se refiere). En todo caso, no le gustaba quedarse solo conmigo en el local.

Una vez tuvo una crisis muy fuerte de asma y lo internaron en el Hospital Universitario. A pesar de nuestras divergencias, las teníamos en muchos campos, fui a verlo, pues siempre le guarde cierto aprecio. El se sentía muy mal. Me confesó entonces que se sentía muy cerca de la muerte. Entre esto y otro, Roberto puso su mano ya muy débil sobre la mía y me dijo: "Carlos, decime francamente, ¿fuiste vos quien me güevió la Biblia de Valera? Mi respuesta lo dejó perplejo. Evidentemente le dije que no, no le había robado su biblia. "¿Entonces quién, hermano, quién? Si de todos los vagos que venían al local, el único que podía apreciar el valor de esa traducción sos vos, el único al que podía interesarle el libro, sos vos". Claro que sus palabras me sonaron muy elogiosas, pero le insistí y le dije que podía irse tranquilo al otro mundo, que no había sido yo el autor del hurto. "¡Puta, vos, ya me estás echando!" Y se pegó una carcajada que terminó en un rosario de tosesitas asmáticas. A causa de eso, vino una enfermera a regañarme, me prohibió que le contara chistes procaces al enfermo.

Bueno, ahí hicimos paces y repaces y aclaramos algunos malosentendidos y algunos bienentendidos. Esta escena me vino hoy al recuerdo. Por una razón muy sencilla. No tengo en casa un ejemplar de la Biblia en castellano, el único que tengo es en francés. Hoy buscaba un texto del Cantar de los Cantares. No lo encontré, siempre me ha pasado. Siempre que busco eso me ocurre que faltan algunas páginas en el ejemplar en mi posesión. Me ocurrió lo mismo hoy, mi ejemplar se interrumpe en la página 930 y se renueva en la página 993. En esa páginas ausentes están los Cantares. Solo queda el final de la obra del rey Salomón.

Ahora, hoy, frente a la pantalla de mi computadora he vuelto a buscar el Cantar de los Cantares: vean lo que me arroja el sitio donde figura la Biblia: "The system cannot find the file specified". Ustedes saben que no entiendo el inglés, bueno, ahora lo saben. Entiendo que no puede el sistema encaminarme hacia el fichero especificado... ¡Hay conjuro! Pero soy testarudo y he encontrado otro sitio que me permitió llegar a ese libro.

Lo que buscaba hoy eran estos versos, para enviárselos a mi amada:

« Aparta de mí tus ojos,

porque ellos me doblegan ».

No sé si esta sea la mejor traducción. En todo caso no recuerdo la traducción (tal vez no fue la traducción, sino que el texto en hebreo) que me impresionó por su belleza. Es posible que si se omite el pronombre "ellos" ya se mejore el texto.

Aunque ahora que me senté ante la computadora fue para verificar en castellano otro verso que leí en mis incompletas Santas Escrituras. En la versión francesa dice así:

"Fort comme la Mort est Amour;...".

Hay algo que me molesta en esta traducción. En realidad se trata de cuestiones culturales, las mayúsculas me parecen innecesarias, pero es lo de menos, aunque tal vez no. Esto personifica tanto a la muerte como al amor, pero hay un detalle gramatical que pesa más aún, es la ausencia de artículo ante Amour. El concepto me parece que puesto así se latiniza o se heleniza (como prefieran), de alguna manera se le inserta en una tradición de Amor (Cupido) que a claras vistas no puede tener el texto hebreo que tiene otra tradición y otros parámetros.

La traducción castellana que me he conseguido en la red mundial de computadoras, reza así:

"fuerte como la muerte es el amor; … »

Como ven no hay mayúsculas y aparece el artículo determinado que le da un sentido mucho más terrenal, mucho más carnal, que el símbolo griego o latino. Esto que estoy escribiendo me ha traído al recuerdo un pasaje del libro del filólogo alemán Erich Auerbach, "Mímesis". En ese pasaje trata de la crítica que se hizo de las Santas Escrituras sobre la representación de la sublimitas y de la humilitas, "desde la época de los Padres de la Iglesia (es el caso especialmente de San Agustín...) sobre la fusión de las dos nociones, en la que veían un rasgo característico de las Sagradas Escrituras". Afirma Auerbach que los padres de la Iglesia partían del hecho que la palabra divina se ocultaba a la sagacidad de los sabios y de los astutos y se revelaba a los pequeños y del hecho de que Cristo no eligió entre los doctores a sus discípulos, sino entre pescadores y otra gente sencilla. No obstante estas consideraciones no eran totalmente estilísticas, éstas tomaron su importancia cuando el cristianismo progresó y cuando los textos sagrados y la literatura cristiana en general se encontraron expuestos a la crítica de paganos cultos. Estos descubrieron horrorizados que textos escritos, en su concepto, en un lenguaje "imposible y bárbaro, en una ignorancia absoluta de las categorías estilísticas" debían contener las más sublimes verdades. "Esta crítica tuvo un éxito considerable— nos dice Auerbach— tanto más que los Padres de la Iglesia se esforzaban lo más seguido —mucho más que no lo hicieron los más antiguos textos cristianos— de conformarse a la tradición estilística de la antigüedad". Se refiere justamente a la antigüedad latina y helénica.

Pero el párrafo que me vino al recuerdo es el siguiente: "Pero estas críticas les abrieron los ojos y les hicieron ver la grandeza específica de la Santa Escritura, es decir, que ésta había creado un género completamente nuevo de sublime, que no excluía, sino que incluía lo cotidiano y lo bajo, de suerte que se veía realizarse en su estilo como en su contenido la unión estrecha de lo más bajo con lo más elevado".

Tal vez sea por influencia de esta lectura que me han molestado las mayúsculas y la ausencia del artículo en la versión francesa, por lo mismo que he anotado, hay una latinización del texto o helenización, como prefieran, pero que le introduce algo que le es totalmente ajeno. Mientras que la versión castellana que tengo en manos no cae en ese pecado estilístico.

Me gustaría ahora poder tratar de esto con Roberto Armijo y volverle a decir que esté en paz, no fui yo quien le güevió su biblia. Aunque les voy a ser sincero, he escrito esto pensando en otra persona, que me ha hecho sentir que el amor es más fuerte que la muerte y que sus ojos, sus ojos...

 
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